miércoles, 2 de octubre de 2013

Niño de las Cuevas y el Flamenco de Almería

Me llamo Antonio Francisco García Rodríguez, nací en la barriada almeriense de Cuevas de los Medinas, hace cincuenta y seis años.

Estudié Magisterio en la especialidad de Ciencias Humanas, heredé de mis antepasados el gusto por la música y el arte de tocar la guitarra, escuché mucho flamenco desde pequeño, mi padre era muy buen aficionado y con él empecé mis primeros acompañamientos al cante.
En la Academia de Danza de la malograda Isabel "La Chencho" me inicié en el acompañamiento al baile flamenco.
De la mano del entrañable amigo, también ya desaparecido Constantino Díaz Benete, entré en el mundo de las peñas flamencas en Almería, con el paso del tiempo he tenido la suerte de acompañar a casi todos los aficionados de Almería, pero el auténtico espaldarazo lo obtuvo con el gran José Sorroche, que me dió la confianza para acompañarlo a él y abrirme las puertas para acompañar a otros artístas. Constantino me bautizó artísticamente con el nombre de "Niño de las Cuevas",  aunque ahora no soy tan niño, lo sigo llevando con mucho orgullo, ya que forma parte de mi.

He tenido la suerte a lo largo de más de treinta años de compartir cartel con grandes figuras del flamenco, de estar en muchos festivales y peñas flamencas, no solo en Almería, sino en otros sitios de España y el extranjero, de acompañar a algunas figuras del cante, como Enrique Morente, Chano Lobato, Curro Malena, Antonio Ranchal etc. además los almerienses como Sorroche, Rocío Segura, su madre Antonia López, Maria José Pérez, etc.

He prodigado también  mi afición por el cante, de hecho también cantiñeo un poquito, yo creo que toco la guitarra flamenca porque me gusta mucho el cante. Cuando la Peña Flamenca el Morato, organizó el I Concurso de Saetas, comencé a hacerme saetero, y hasta la fecha.

También me encanta la investigación en estos temas, he dado algunas conferencias que yo mismo ilustro con el cante y la guitarra. He publicado algunos trabajos en Congresos, Ciclos de Conferencias, etc.

Desde el año 1.997, trabajo en el Conservatorio Profesional de Danza de Almería como guitarrista acompañante de flamenco, me encanta la docencia y soy asiduo de colegios, institutos y cualquier asociación cultural de carácter benéfico que ha solicitado mi presencia.

Intento siempre colaborar,  algunas instituciones han reconocido mi labor y tengo varias insignias de peñas flamencas, pueblos de Almería, Cofradias de Semana Santa, y sobre todo este año 2.013, la Junta de Andalucía me concedió el Escudo de Oro.

Desde éste blog, quiero contar mis experiencias en el mundo del flamenco, como aficionado, como cantaor y como guitarrista.

Voy a intentar escribir algo sobre flamenco, partiendo de los Cantes de Almería, desde mi experiencia y desde mis conocimientos, de todo lo que he escuchado, de las transmisiones orales y todo aquello que he podido entender como interesante.

Los cantes de Almería son realmente desconocidos por la afición, todo lo más se habla del taranto o de la taranta, pero es mucho más, hay un sustrato importante de donde parte todas las músicas, las letras, dentro de un entorno social que configura de alguna manera la gestación de todos los Cantes de Almería.

 La Almería minera, la Almería parralera, la Almería marinera, sus pueblos, comarcas, tienen una importancia vital en nuestros cantes.

 El almeriense por necesidad, se ha visto en la obligación de emigrar a otras regiones, a otros países, dejando huella por donde quiera que ha ido, en el caso que nos ocupa, ha llevado esos cantes hacia otros lugares y allí mezclados con los autóctonos del lugar han dado lugar a otros cantes.
 Principalmente han sido las zonas mineras donde el ir y venir de los mineros ha hecho que sea posible esta transmisión de cantes que con la indudable aportación de los cantaores profesionales han configurado los palos y estilos de cantes mineros que hoy conocemos.